ALBERTO SENDÍN ESCALONA
Profesor del Departamento de Ingeniería de Telecomunicaciones
La inteligencia en red está de moda. Los operadores de telecomunicaciones hace mucho que la incorporaron a sus redes, y desde hace unos años, las empresas eléctricas hablan de sus Smart Grids.
Pero, ¿qué es una Smart Grid? Una red eléctrica inteligente es el resultado de la incorporación a las redes eléctricas existentes, de las modernas tecnologías de la información y las telecomunicaciones (las TIC’s). El objetivo es conseguir un manejo inteligente y optimizado de la infraestructura que presta el servicio eléctrico, ese que permite que nuestra vida cotidiana sea posible (actos reflejos tan inconscientes como encender la luz de casa, escuchar la radio o ver la televisión).
Las telecomunicaciones en estas redes permiten que las diferentes instalaciones que se utilizan en este servicio (subestaciones y centros de transformación, cientos de miles en España), y los terminales donde se entrega la luz (los contadores, decenas de millones en todos los hogares), puedan comunicarse con centros que los monitorizan y controlan remotamente.
Las tecnologías de la información permiten que los datos que se reciben puedan ser tratados para mejorar la calidad del servicio que se presta, minimizando entre otros los tiempos empleados en resolver las incidencias de la red (averías, cortes de luz, etc.).
Uno de los retos más importante de la Smart Grid en las redes de distribución de electricidad es proporcionar comunicaciones en estos millones de localizaciones, y hacerlo con las tecnologías disponibles y unos costes proporcionados. Parecería obvio pensar que las redes de telecomunicaciones comerciales pueden ayudar a conseguir este objetivo; sin embargo, la realidad demuestra que no es así en todos los casos. Imaginemos las redes de comunicaciones
móviles con las que utilizamos nuestros smartphones (por cierto, ¡también inteligentes!): ¿quién no ha tenido problemas de cobertura cuándo entra en el garaje de su casa, o cuándo se sube a un ascensor?; o, ¿quién no ha tenido que quitar la batería de su teléfono para reiniciarlo cuando por alguna razón este se niega a «obedecerle»? Por estas y algunas otras razones menos evidentes, las empresas eléctricas o bien sustituyen o complementan estas tecnologías por otras que proporcionan ventajas significativas. Una de las tecnologías más utilizadas en las Smart Grids es la conocida como PLC, PowerLine Communications.
La tecnología PLC es una vieja conocida de todas las empresas eléctricas, porque se utiliza desde hace décadas para transportar datos utilizando los cables de la luz. El uso más reciente y extendido en el ámbito doméstico es el utilización del acceso a Internet en casa por medio del cableado eléctrico, cuando nuestra querida señal de radio Wi-Fi, se empeña en nuestro rincón más querido de casa. En esos momentos, esos pequeños dispositivos PLC que se conectan a cualquier enchufe y mágicamente nos permiten conectarnos al router, llegan en nuestro auxilio.
Los contadores que se están desplegando en España, siguiendo referencias geográficamente próximas como la italiana, incorporan comunicaciones PLC (un PLC diferente del de los aparatos de acceso a Internet, obviamente). Y así seguirá siendo hasta el año 2018, de tal modo que en el 2019 ya no habrá en España ningún contador que no sea «smart».
A finales de este año 2014, casi 10 millones de contadores tendrán incorporado un chip de comunicaciones PLC, que funcionando en frecuencias bajas sobre los cables de la luz, permiten mejorar la calidad percibida del servicio eléctrico, y prepararán un futuro de nuevos servicios que las empresas comercializadoras podrán progresivamente ofrecernos.