JONATAN CARO. Deusto Campus
Junto a una formación excelente, la Universidad tiene un compromiso más allá de lo académico. Desde nuestro punto de vista hay muchas formas de calificar un departamento como Deusto Campus: área extracurricular, formación complementaria, extensión universitaria… Y hay muchas formas de presentar el conjunto de actividades que ofrecemos en cada una de las cuatro áreas que nos constituyen: Fe, Solidaridad, Cultura y Deportes. Podríamos hablar de la amplia oferta de voluntariado, con la Feria del Voluntariado organizada junto al Sector Social como «pistoletazo» de salida; de las ventajas que ofrece nuestro convenio con Bilbao Kirolak; de nuestra programación de conciertos y certámenes culturales; de las celebraciones eucarísticas y los talleres de espiritualidad que renovamos cada año.
Pero nuestro punto de vista no es importante. Lo que importa es lo que estudiantes y miembros de la comunidad universitaria experimentan cuando se acercan a nuestros programas. La verdadera esencia de Deusto Campus puede resumirse en un deseo que, en el fondo, caracteriza a toda la misión de la universidad: ofrecer oportunidades para que las personas puedan formarse de manera integral.
Interioridad. Nos proponemos es ayudar a las personas a reparar en su interioridad: buscar un equilibrio entre la dimensión psicológica y espiritual y la dimensión corporal. Algunas de nuestras propuestas
están orientadas a fomentar hábitos de vida saludables para nuestro cuerpo y nuestra mente: Aerobic, Pilates, danza, los talleres de cocina saludable, la formación en arte dramático y expresión corporal, los cursos sobre drogodependencias, los talleres de meditación y los ejercicios espirituales son algunos ejemplos de ello.
En este proceso de trabajo es muy importante confrontar a las personas con sus límites y capacidades, con sus luces y sombras, orientándolas para asumir aquello que no están en condiciones de superar (¡no todos tenemos que ser deportistas de alto nivel!) y ayudándolas a trascender aquellos límites falsos que muchas veces nos autoimponemos (¡cuánta timidez supuestamente insuperable ha quedado en la cuneta tras un curso de teatro!).
Sensibilidad. Para una formación trabajamos también la sensibilidad. Lo que somos interiormente no es una cápsula cerrada: otras vidas reclaman nuestra atención. Vivir la interioridad con la pluralidad de experiencias, con rostros y culturas que no son exactamente iguales a mí, es una de las riquezas fundamentales que Deusto Campus valora y propone.
Y nos empeñamos en ello con formatos muy diferentes. Por ejemplo, desde Fe, el grupo Garate international ofrece espacios para el diálogo intercultural e interreligioso. Desde Solidaridad los cursos y talleres de sensibilización y formación en relación a diferentes
colectivos (personas con enfermedad mental grave, con discapacidad auditiva, privadas de libertad, tercera edad…) amplían nuestra perspectiva más allá de nuestro entorno, de lo que vemos en el día a día. Los campos de trabajo internacional (Kenia, Perú,…) o el programa de participación en terreno con las universidades de Comillas o Ramón Llul son otro ejemplo significativo.
Comunidad. Esa sensibilidad nos hace entender a los demás como parte esencial de nosotros mismos. Nuestro propio desarrollo como personas sólo es tal si lo hacemos con otros y para otros. Por eso en Deusto Campus creemos que es en comunidad donde verdaderamente crecemos como personas. La comunidad nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, a valorarnos y potenciarnos (y también autocriticarnos, ¡que a veces no viene mal!). Cuando alguien se acerca al coro, nuestro director subraya que no importa tanto tener una voz espectacular o una mala entonación. Lo que de verdad importa es tener ganas de trabajar en equipo. Cuando es el coro y no yo, o tú o ella quién canta, el resultado siempre es bueno. Los campeonatos deportivos exigen trabajo en equipo no sólo para
ganar, sino para ser comprensivo con el equipo contrario y cambiar el calendario si no pueden jugar el día asignado porque tienen un examen, por ejemplo.
Sentido. Todo lo anterior está orientado a que las personas puedan reflexionar y recrear sus vidas, potenciando todo lo que late en su interior con y para los demás. Con ello lo que hacemos es animar a la gente a buscar un sentido distinto a su día a día: trascender las preocupaciones cotidianas (trabajo, problemas familiares,…) no para olvidarlas, sino para integrarlas en una visión de la vida más completa. Una visión de la vida en la que lo negativo es parte de algo que merece y mucho la pena. Cuando me siento arropado por lo trascendente, las dudas de fe son sólo un momento. Cuando hago un voluntariado, los Momentos malos quedan subordinados al compromiso y a la alegría por la solidaridad compartida.
Cuando participo en ligas de debate interuniversitario (UNIJES, nacionales,…) el hecho de que el otro tenga razón no es motivo de frustración, sino de aprendizaje. Cuando pierdo un artido, si nos hemos esforzado y hemos jugado juntos, quizá más que perder, hemos de decir que no hemos ganado del todo… ni hemos perdido del todo.
Esto es lo que la gente, con otras palabras y con otros gestos, encuentra en Deusto Campus: un camino de profundización en el interior que nos hace sensibles a la pluralidad, formando así una comunidad de personas que viven con sentido integral con y para sí
mismos, con y para los demás. Ésta es la invitación.
Podéis disfrutar parte de ella o toda. Porque el camino siempre es libre. Pero si en algún momento queréis empezar a andar, cada una de nuestras cuatro puertas (Fe, Solidaridad, Cultura y Deportes) estará abierta (y conectada con las otras) para vosotros y vosotras… con vosotros y vosotras.