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8 cosas que aprendí en mi primer año de trabajo

NEREA ZUBIAURRE ALTUNA
Consultora de Desarrollo de Negocio de Outsourcing en Indra
Promoción Ingeniería de Telecomunicaciones 2012

Nerea, en una de las sedes de INDRA
Nerea, en una de las sedes de INDRA

Cuando obtuve mi permiso de conducir las palabras de mi padre fueron las siguientes: «ahora que ya tienes el carnet, debes aprender a conducir». El comienzo de la trayectoria profesional tras finalizar
los estudios es algo parecido, la carrera de fondo comienza tras obtener la titulación.

En este momento me encuentro al final de mi segundo año laboral y aunque mi experiencia es relativamente breve, este tiempo ha sido suficiente para acumular algunos aprendizajes.

1. Actitud más que aptitud
Nadie espera de nosotros que lo sepamos todo desde el primer día. Sin embargo, sí que tengamos una actitud correcta. Las compañías saben que las personas motivadas y con una actitud proactiva trabajarán para obtener los conocimientos necesarios para el
adecuado desempeño de su trabajo.

2. Siempre puedes aportar
Por mucho que nuestros conocimientos en el ámbito profesional en el que nos encontremos sean más limitados que los de aquellos profesionales de más dilatada experiencia que tenemos al lado, podemos aportar mucho más de lo que creemos. Las compañías buscan «ojos limpios», distintas formas de pensar y ver las cosas, ideas originales.

3. Aprovechar las oportunidades de crecer
No diariamente surgen oportunidades para formarse y ampliar perspectiva profesional. Por lo que cuando te ofrezcan un nuevo proyecto o una formación interesante, ¡acéptalo aunque te suponga más trabajo!  La recompensa te la llevas tú.

4. La importancia del aspecto social
Actuando de manera correcta y respetuosa, se consigue establecer relaciones profesionales de calidad, lo cual facilitará tu trabajo diario y te ayudará a abrir puertas en el futuro. Y no solo profesionalmente,
¡existe una alta probabilidad de que hagas buenos amigos!

5. Conocerse a uno mismo
Los buenos profesionales conocen sus fortalezas y debilidades. Cuanto más alto sea nuestro nivel de autoconocimiento, seremos más eficientes y felices en nuestra vida tanto profesional como personal, reforzando nuestras fortalezas y buscando apoyo para
combatir nuestras deficiencias. Aprovecha las ocasiones que surjan para pedir críticas y opiniones sinceras a tus compañeros y amigos.

6. No olvides quién eres
El trabajo no es lo que nos define como personas. El trabajo es algo que hacemos. Si es posible, elige una compañía cuya política y ética se acerque a tu propia moral y valores y mantente firme a éstos.

7. Diviértete
Dado que empleamos al menos un tercio de nuestro tiempo en el trabajo, intenta encontrar un empleo de tu interés y en el que puedas divertirte. Siempre colabora en crear un ambiente positivo. De la misma manera, no olvides desconectar del trabajo y divertirte
en tu tiempo de ocio, ¡es imprescindible!

8. Da lo mejor de ti
Y por último, pero no menos importante, mi recomendación personal. Siempre, siempre, siempre da lo mejor de ti. Al final del día lo que te llevas a casa no es más que tu conciencia. Haz que cada día merezca la pena.

Se gradúa con éxito la Primera Promoción del Máster en Ingeniería en Organización Industrial

ESTHER ÁLVAREZ
Directora del Máster en Ingeniería en Organización Industrial

Los estudiantes acudieron a una empresa de la industria de la alimentación
Los estudiantes acudieron a una empresa de la industria de la alimentación

La primera promoción del Máster en Ingeniería en Organización Industrial acaba de salir con notable éxito al mercado. Durante un año, 33 estudiantes han cursado las asignaturas necesarias para convertirse en titulados de este programa. Los alumnos han podido familiarizarse con las teorías más novedosas y las mejores  herramientas, y han adquirido conocimientos  y realizado prácticas desde la perspectiva de una formación integral, que les permitirá convertirse en profesionales de primer nivel.
La excelencia es la pauta básica sobre la que se asienta este máster, que responde a los retos que deben afrontar las empresas hoy en día a través de un programa avanzado, que cubre fundamentalmente cuatro grandes ejes: dirección de empresas industriales, sostenibilidad, tecnologías de la información e internacionalización.

La metodología utilizada es muy completa y variada, e incluye análisis de casos y trabajos en grupo, así como visitas a empresas industriales y de servicios líderes en su sector, donde los alumnos
participan activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Además, el profesorado elegido es de alta calidad, incorporando personal, tanto académico como profesional, de amplia experiencia y prestigio, proveniente de la propia Facultad de Ingeniería y de la
Deusto Business School (DBS), así como de empresas referentes en el ámbito industrial. En palabras de Mauri Vicente, uno de los alumnos del máster, «el Máster en Ingeniería en Organización Industrial ha sido el complemento perfecto a mis estudios, ya que he aprendido mucho de unos profesores altamente cualificados y me ha servido como
puerta de entrada al mundo profesional. Y todo ello, con compañeros de titulaciones muy diversas, creando un ecosistema de interacción y socialización de conocimiento inigualable».

El Internet de las Cosas y la sostenibilidad medioambiental

DIEGO CASADO-MANSILLA          JUAN LÓPEZ-DE-ARMENTIA
Investigadores de DeustoTech Internet

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El concepto Internet de las Cosas (Internet of ThingsIoT, en inglés) radica en que los objetos que nos rodean y que usamos diariamente  estén conectados a Internet en cualquier momento y lugar. Este concepto está altamente relacionado con la Ubicuidad.
En términos más técnicos, diríamos que consiste en integrar una serie de componentes electrónicos en la fase de diseño de estos objetos cotidianos con el fin de dotarles de conectividad a Internet. Dado que Internet está presente en casi cualquier rincón del planeta y que el tamaño y coste de la electrónica ha disminuido de manera notable en las últimas décadas, cualquier objeto es susceptible de ser conectado, manifestarse en la Red y actuar como fuente de datos.
La conectividad a la Red es la base del Internet de las Cosas. Sin embargo, los objetos conectados deben desempeñar un rol para sacar rédito a su ubicuidad y poder ser considerados como objetos inteligentes. Para ello, son necesarios tres pilares: 1) componentes computacionales que permitan procesar información —ej. micro-controladores—; 2) sensores que permitan obtener información física del entorno y convertirla en información procesable digitalmente —ej. luminosidad, movimiento, temperatura—; y 3) actuadores, que son dispositivos electrónicos que permiten modificar o generar un efecto sobre la física del entorno —ej. motores, altavoces—.
Las aplicaciones del Internet de las Cosas cubren un amplio espectro de nuestra vida cotidiana. Uno de los campos en el que está empezando a tener y se prevé tendrá gran relevancia, es las sostenibilidad medioambiental.
Como ejemplo, se citan algunos proyectos e iniciativas que se están llevando a cabo en el ámbito de la ciudad, espacios públicos y hogar. En el proyecto PEACOX[1] se monitorizaba la calidad del aire con la
idea de promover el uso de rutas alternativas con baja contaminación atmosférica para conductores, ciclistas, viandantes. Cada vez más proyectos optan por el uso de IoT para gestionar el tráfico de forma más eficiente a través de sensores desplegados en la ciudad[2]. En el campo de los edificios públicos, uno de los objetivos del nuevo programa H2020 apunta al diseño de sistemas de control de presencia para hacer un uso eficiente de la calefacción y alumbrado por zonificación[3]. Por último en el ámbito del hogar la domótica copa la mayoría de los proyectos de IoT (lavadoras que ajustan su programa al momento del día en que la energía es más barata y proviene de fuentes renovables, termostatos inteligentes que aprenden las preferencias[4] y horarios de los habitantes del hogar para realizar un uso eficiente de la calefacción sin perder confort, o electrodomésticos inteligentes que son capaces de aprender la forma y frecuencia en la que son utilizados con el fin de promover un uso eficiente de los mismos[5].

A vista de todos está que la tecnología ubicua está aquí para quedarse y debemos aprender a convivir con ella, pero teniendo presente que no va a ser la solución a los malos hábitos de la sociedad. Desde la visión de DeustoTech Internet, en ocasiones la automatización y cooperación entre dispositivos para realizar una cierta tarea será la mejor opción, en otras, la cooperación entre objetos cotidianos y humanos será lo más adecuado. Pero siempre habrá ciertas tareas que realiza el ser humano en las que no existe posibilidad de reemplazo.
Ahora toca reflexionar al lector. ¿Quién debe asumir la responsabilidad de las tareas cotidianas? ¿Las máquinas,
los humanos o la deben compartir entre ambos? Nuestra recomendación: apelar al mejor de los sentidos… el tan denostado sentido común.

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Los extraños modelos de negocio de Internet de las Cosas (IoT)

IÑAKI VÁZQUEZ
Profesor del Departamento de Telecomunicaciones
Fundador y CEO de Symplio
@inakivazquez
ivazquez@deusto.es

Adidas Smart Ball
Adidas Smart Ball

En 1874 un grupo de ingenieros franceses construyeron un sistema de sensores para monitorizar de manera remota desde París las condiciones climatológicas y la profundidad de la nieve en el Mont Blanc.
En 2015 un usuario analiza en su teléfono móvil una previsión de las calorías que ha quemado mientras practicaba deporte durante la última hora. Seguidamente sube a su vehículo que le recomienda la mejor ruta conforme al estado del tráfico y las estaciones de servicio más económicas para repostar. Mientras conduce, envía comandos de voz a su refrigerador para que haga un inventario de contenidos, le sugiera posibles platos a cocinar hoy con los ingredientes disponibles, y que supongan un aporte calórico equilibrado. El sistema de calefacción se activa ahora de manera remota en la casa, ya que restan sólo 20 minutos para su llegada. Entre estos dos escenarios han pasado más de 100 años y varias revoluciones tecnológicas. ¿Qué tienen en común todos los productos que toman parte en el segundo escenario?

¿Qué tienen en común Adidas, Ford, Google, Iberdrola, Bosch y Telefónica? Respuesta: todos ellos y muchos más, están trabajando
en crear nuevos productos y servicios alrededor de Internet de las Cosas, rediseñando nuestra relación con los objetos que nos rodean y forman parte de nuestra vida. Si hay una característica fundamental que tiene la visión de los productos conectados a Internet es precisamente lo mejor (y lo peor) de los dos mundos: átomos y bits, o dicho de otro modo, objetos y servicios.

Cuando me toca explicar en clase modelos de negocio para Internet de las Cosas muchas veces trabajamos el ejemplo de Adidas y su Smart Ball (un balón de fútbol con sensores). No porque sea un caso de éxito, sino porque permite jugar, explorar y abrirse a nuevos conceptos.
Un momento, ¿un balón con sensores?. Sí, la Smart Ball recoge información del impacto del chut, velocidad y rotación de la pelota, entre otros datos, y los presenta en su app asociada donde el jugador puede analizarlos, comparar su evolución y competir con otros. En definitiva, «cuantificar» una actividad para medirla de manera objetiva, de este modo gestionarla, y así finalmente mejorarla.
Pero lo mejor es que todos estos datos se pueden llevar a la nube y someterlos a un proceso de análisis, para generar información relevante, valiosa y contextualizada para un determinado cliente, como un club de fútbol profesional. Y en este punto pasamos al dominio de los servicios, donde es posible comercializar «packs de análisis de datos» bajo diferentes modelos de precios y desde la comodidad del sillón y el ordenador, y entrando de lleno en los modelos de negocio de Internet (freemium, pago por uso, suscripción).

La potencia de Internet de las Cosas es que permite «servificar» los productos físicos tradicionales y generar flujos de ingresos basados en la comercialización de dichos servicios, incluso a veces  subvencionando el producto a coste, para reducir barreras de entrada. ¿Os imagináis que una pala de pádel profesional costase la mitad si os vinculáis con la contratación de un año del «servicio de análisis de golpes»? ¿O que os pagaran cada día por vestir una camiseta conectada a Internet que muestra publicidad relevante, contextual y útil a las personas de alrededor? Si hay negocio, no dudéis, lo veremos.

Informática, ayer hoy y mañana

ASIER PERALLOS
Director del Departamento de Ingeniería Informática

Diploma Soluciones Internet

Son ya muchos años de mi vida vinculados al mundo de la informática. Primero como mero aficionado, después también como estudiante y hoy en una triple vertiente como profesional de la  misma. Cuando echo la vista atrás y busco los orígenes de este vínculo, me vienen a la cabeza aquellos ordenadores Spectrum de 48k y almacenamiento en cinta de casete convencional y esos programas en lenguaje BASIC que transcribíamos en el colegio, que dibujaban diversas formas en la pantalla y que nadie intuía para qué servían en realidad. Por aquellos años debía empezar a dilucidar cuál pudiera ser mi carrera profesional y todo el mundo me aseguraba que «la informática es la profesión del futuro». Y no pocos de ellos me decían que «de la Universidad de Deusto salen los mejores profesionales en esta disciplina».

Desconozco si estos consejos fueron los que me hicieron inclinarme por esta profesión, pero lo cierto es que aún hoy los recuerdos. Han cambiado mucho las cosas desde entonces, no en vano han pasado ya más de 25 años. Pronto surgió algo llamado Internet, que llegó para quedarse entre nosotros. Al mismo tiempo la inteligencia y la conectividad iban poco a poco impregnando distintos dispositivos y electrodomésticos en nuestros hogares. Después surgieron los teléfonos móviles, que cada vez se fueron haciendo más inteligentes. Su capacidad para proveer servicios digitales de consumo general era tal, que pronto aparecieron distintos modelos y tamaños de tabletas electrónicas. También las redes sociales vieron la luz, veremos aun si como moda pasajera o no. No mucho más tarde el concepto de «la nube» ha irrumpido como un término tecnológico destinado a cambiar nuestras vidas y no sólo como ese lugar en el que evadirse de vez en cuando. Hoy empezamos a escuchar con cada vez más fuerza términos como «Big Data» que pretenden dotar a los humanos de un conocimiento extraordinario a través del análisis computacional de ingentes cantidades de datos recolectados por los miles de dispositivos, sensores y redes que campan a nuestro alrededor.

Vivimos surfeando sobre olas tecnológicas tremendamente ilusionantes, tanto desde una perspectiva de usuario como profesional. Olas que promueven importantes cambios sociales y económicos. Olas que generan continuamente oportunidades de negocio y empleo, en torno a las cuales se posicionan hornadas de profesionales. Olas que renuevan y arrasan con lo anterior. En ese sentido, la informática se ha convertido en una disciplina con algunas semejanzas tradicionalmente atribuidas a los médicos:
estudiar y reciclarse a lo largo de toda la vida y alta especialización en una u otra área.

Como parte del equipo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto y ahora como director del departamento de Ingeniería Informática tengo la responsabilidad compartida de que nuestra oferta académica sea la más adecuada para formar profesionales íntegros que naveguen adecuadamente en este escenario cambiante: grados en informática que doten de versatilidad al estudiante, másteres profesionalizantes que le aproximen al mundo laboral, y postgrados y formación continua  altamente especializada para los profesionales a lo largo de su vida.

No deja de ser paradójico que en un mundo tan dinámico y de continuo cambio vertiginoso como el descrito, esos consejos que me dieron cuando era un adolescente, hace ya más de un cuarto de siglo,
estén vigentes y pudiera dárselos hoy a mi hijo sin riesgo a equivocarme.

El tamaño sí es importante

IGOR SANTOS GRUEIRO
Investigador de DeustoTech Computing y profesor en la Facultad de Ingeniería
isantos@deusto.es
@santos_grueiro
Blog s3lab.deusto.es/blog

Big-Data1

Creo que entre las mejores definiciones que he leído de «Big Data» cabría destacar la pronunciada por Dan Ariely: «Big Data es como el sexo en la adolescencia: todo el mundo habla sobre ello, pero nadie sabe realmente cómo se hace, así que todo el mundo dice que lo está haciendo». Habiendo trabajado en análisis de datos, no puedo sino ver un abuso de un buzzword hasta para definir «datos que no caben en hoja de excel».
Pese al escepticismo, creo que hemos pasado a una realidad en la que los datos son vitales. Peter Sondergaard, vicepresidente de la reputada consultora Gartner, dijo: «La información es la gasolina del siglo 21 y el análisis de datos el motor de combustión». La democratización de los servicios online genera una gran cantidad de datos listos para convertirse en valiosa información.
En el aprendizaje automático hay métodos que a partir de datos, pueden traducir texto, sugerir búsquedas, predecir trayectorias de automóviles… y además han sabido adaptarse a la mayor cantidad de datos con nuevas y más robustas tecnologías.

Pero, ¿no habéis sentido en ocasiones que vuestros datos en la red ya no son vuestros? Yo sí. Cuando utilizamos una red social para reconectar con algunos compañeros de instituto o cuando subimos ficheros a un sistema de almacenamiento en la nube, hemos de ser conscientes de sus riesgos. ¿Y todo el mundo entiende esto? Permitidme que lo dude…
Con Big Data, podemos ir mucho más allá, correlacionando datos de texto, imágenes (metadatos y las propias imágenes), datos  localización, etc.. Ser o no consciente, no tiene tanta importancia. Por ejemplo, aunque tengamos una cuenta de twitter, blindada y anónima, podríamos saber quién está detrás —en mi equipo identificamos a los autores de un caso de ciberbullying mediante el texto de la cuenta que los acosadores usaban—. Y es que de cara a nuestros datos online, tenemos demasiadas plataformas, contextos, etc. El único aspecto en el que centrar la privacidad es el usuario. S3Lab – DeustoTech Computing trabaja en una iniciativa que llamamos «User Centric , Context Aware, Cross-Platform Security & Privacy» para que los datos y la seguridad vuelvan (o estén) en manos del usuario. ¿Esto significa que «Big Data» es «malo»? No, es presente y es futuro. Lo único, dejadme que os aconseje,  inspirándome en la definición de Dan Ariely: «El Big Data es como el sexo adolescente. Mejor si tomamos precauciones.»

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Los 4 principales retos de los ingenieros en telecomunicaciones

JAVIER VICENTE      AMAIA MÉNDEZ       ANA LAGO
Investigadores y profesores del Departamento de
Telecomunicaciones

Comparación de la cobertura actual 3G y 4G para la zona de Bilbao
Comparación de la cobertura actual 3G y 4G para la zona de Bilbao.

En los próximos años, los ingenieros de telecomunicación
se van a enfrentar a tres grandes retos:

1. La televisión del futuro. Ha habido un gran avance mediante el apagón analógico en el que en 2010 pasando a televisión digital. Aunque de momento las cadenas de televisión han decidido no beneficiar a los usuarios con todas las ventajas técnicas que aporta, los hábitos de los consumidores están cambiando. No solo queremos ver la televisión en el televisor, queremos poder verla en el móvil, en la tablet y en el portátil. Esto supone que las emisiones se tengan que adaptar a cada tipo de dispositivo. Como consumidores, tampoco queremos limitarnos a ver los contenidos en un horario determinado: lo quiero ver cuándo y dónde quiera. Que el contenido se pueda ver bajo demanda mediante streaming. Por supuesto tampoco quiero que sea la caja tonta a la que estamos acostumbrados; quiero tener una participación más  activa con el contenido que se emite. Quiero decir que participante quiero que se marche del concurso, volver a ver la repetición de un gol cuando yo quiera, quiero saber en todo momento qué posición ocupa Fernando
Alonso en la carrera de F1. Todo esto se consigue mediante los nuevos estándares de televisión interactiva que dan al televidente el control de la emisión.Pero para ello tendremos que dotar a los operadores de la infraestructura necesaria y crear las aplicaciones que hagan uso de dichos recursos.

Nodos de interconexión: El corazón que sustenta internet
Nodos de interconexión: El corazón que sustenta internet

2. La infraestructura que soporta Internet tal y como la conocemos, está en sus últimos días, y todos los sistemas que la sustentan se tendrán que actualizar. El principal problema es la muerte por éxito; Internet ha crecido de tal manera que el sistema de direccionamiento actual está a punto de acabarse, ya no hay direcciones IP libres que asignar a los nuevos equipos. Habrá quien diga que IPV6 es el cuento del lobo, ya que se lleva diciendo años que la migración se va a producir ya, peronunca llega. No ha llegado porque se han estado haciendo trucos para estirar el direccionamiento actual manteniendo el sistema antiguo, pero es
una situación que no se puede dilatar más. Es una realidad: cada vez hay más dispositivos que se conectan a internet, y una persona puede tener, a su vez, varios dispositivos conectados:un teléfono
móvil, una tablet, un portátil, un pc de sobremesa, una SmartTV…

Cada dispositivo tiene que tener una dirección IP para funcionar y cada vez se van sumando más dispositivos que se conectan a  internet. Cuando se produzca el cambio de direccionamiento va a suponer que prácticamente todos los sistemas sustentan internet se tengan que actualizar o sustituir, lo que implica una enorme  inversión para empresas y operadores, y en consecuencia una gran oportunidad laboral para los actuales y futuros Ingenieros de Telecomunicación.

5G: El futuro de la tecnología móvil
5G: El futuro de la tecnología móvil

3. El último gran reto es los nuevos sistemas de telefonía (5G).  Vivimos en una sociedad que cada vez está más conectada. Queremos sacar fotos y videos de buena calidad y resolución, y compartirlos al momento con nuestros amigos en las redes sociales. Queremos ver el último estreno de cine en nuestro móvil… Todo esto implica que las conexiones de nuestros móviles con internet cada vez requieran una mayor velocidad de conexión. Mayor  velocidad por lo general, implica mayor ancho de banda, y este es un recurso preciado y caro. En cada nuevo sistema de telefonía que se saca al mercado 2G, 3G, 4G… lo que se busca es poder transmitir
mayor cantidad de información ocupando el mismo ancho de banda, es decir, cómo utilizar mejor el ancho de banda que disponemos y para ello diseñamos nuevos estándares de modulación que cada vez son más eficientes. Esto provoca que todos los operadores de telefonía móvil tengan que actualizar sus redes cada vez que sale una nueva tecnología para poder proporcionar a sus clientes las prestaciones más avanzadas.
Un mercado de las telecomunicaciones requiere de profesionales bien formados que sean capaces de enfrentarse a esta revolución tecnológica en permanente cambio. Las telecomunicaciones se han convertido en un área multidisciplinar que llega a áreas como la salud, la bioingeniería, la energía, o los sistemas de comunicación
para transporte de personas y mercancías.

¿Para quién el Big Data?

PABLO GARAIZAR SAGARMINAGA
Profesor e Investigador de la Facultad de Ingeniería
garaizar@deusto.es
Blog  http://softwarelibre.deusto.es

Desde hace varias décadas estamos recabando datos por encima de nuestras posibilidades de procesamiento.  Enormes bases de datos o ficheros de registro (logs) guardan un diario de lo que ha sucedido
tiempo atrás. Tanto datos generales (cuánto frío o calor hizo un determinado día, cuáles son los temas de actualidad en la prensa durante un periodo de tiempo, qué tasa de paro hay en una
determinada región, cuántos libros se han reservado en una biblioteca, etc.), como personales (qué páginas web hemos visitado, qué términos de búsqueda hemos usado, qué compras hemos realizado con nuestras tarjetas de crédito, qué llamadas de teléfono hemos recibido, qué calificaciones hemos obtenido, a quién invitamos a un servicio al que solamente puede accederse a través de invitación, etc.).

Es difícil conocer las consecuencias de la digitalización de todos esos datos personales porque es necesario poder convertir los meros datos en información. ¿Cuál es la diferencia? Como explica nuestro compañero Juanjo Gibaja: si nos sirve para tomar una decisión mejor, estamos hablando de información; si no, seguirán siendo meros datos. Con las mejoras en infraestructura hardware y software que han provocado que Big Data sea uno de los términos de moda últimamente, quizá hayamos llegado a ese esperado o temido momento. ¿Por qué temido? ¿No es maravilloso poder entender mejor la realidad y poder tomar decisiones más acertadas?
Depende de quién sea el beneficiario de ese mejor entendimiento de  la realidad. Si la respuesta a esa pregunta no es el mismo colectivo que quien generó la información, estamos ante la posibilidad de que las técnicas de análisis de conjuntos de datos masivos hagan más daño que beneficio. Por ejemplo, ¿a quién mejora el Big Data Analysis aplicado a la educación? Si la respuesta no es a quienes están estudiando, deberíamos reconsiderar la idoneidad de la aplicación de estas técnicas en este ámbito. Algunos partidarios del análisis masivo de datos se excusan diciendo que las identidades de las personas están anonimizadas y, por tanto, a salvo.
Quiero creer que ese argumento se emplea con más ingenuidad que picaresca, porque esos mismos partidarios deberían conocer lo sencillo que resulta revertir ese proceso y conseguir dar con la identidad real a través de un buen conjunto de evidencias anonimizadas (ejemplo: no sé quién es el usuario 131287, pero sé que vive en Bilbao, tiene 28 años, una hermana de 24 años y ambos han sido estudiado Derecho… el cerco se reduce, con unas pocas evidencias más, sabremos quién es inequívocamente). Por supuesto,
hay buenas prácticas que evitan este y otros problemas derivados del Big Data, y tanto investigadores como investigados deberían tratar de que se sigan en todo momento.

 

¿Qué puede aportar el análisis masivo de datos a mi organización?

ALEX RAYÓN
Profesor e investigador en la Facultad de Ingeniería

Sala de control de la NASA, donde se generan grandes cantidades de información a analizar. Fuente: Wikipedia.
Sala de control de la NASA, donde se generan grandes cantidades de información a analizar. Fuente: Wikipedia.

Según Gartner, en 2015 van a ser necesarios 4,4 millones de personas formadas en el campo del análisis de datos y su explotación. En este sentido, McKinsey sitúa en torno al 50% la brecha entre la demanda y la oferta de puestos de trabajo relacionados con el análisis de datos en 2018. Por lo tanto, y ante la
gran divulgación que está teniendo el término, seguramente no os tenga que introducir mucho el concepto Big Data.
Son sistemas informáticos que manejan y procesan grandes volúmenes de datos, y que en palabras del profesor Viktor Mayer de la Oxford Internet Institute, nace y se define como el eterno sueño de la estadística: que no haya que muestrear, sino que podamos analizar todos los datos generados en un entorno dado. Que no haya que analizar un todo considerando sus partes (representativas, claro). Según vimos los avances en la capacidad de procesamiento de datos, en el abaratamiento del hardware y en la cantidad de datos que se estaban generando (redes sociales, movilidad, la Nube, ciudades y redes inteligentes, etc.), pensamos que los ordenadores iban a ser capaces de procesar grandes volúmenes de datos. Todos los datos; y que entonces íbamos a poder aplicar técnicas estadísticas para sacar muchas conclusiones de todo ello. Y esto, claro está, representa una oportunidad para las organizaciones, empresas y personas que quieran tratar y analizar los datos para obtener valor para la toma de decisiones o para sus clientes: ayudar
a las empresas a vender más (detectando patrones de compra), a optimizar costes (detectando cuellos de botella o desperdicios), a encontrar más clientes (por patrones de comportamiento), a detectar puntos de mejora en procesos (por regularidades
empíricas de mal funcionamiento) y un largo etcétera.
Pero, en este mundo del Big Data, hay demasiados falsos positivos (como señala Kaiser Fung, autor de Number Sense). Para evitarlos, se debe:

  1. Hacer Big Data con un marco teórico que entienda, represente y modelice el dominio de conocimiento que se está estudiando (no sea que vayamos a correlacionar la desaparición de los piratas con el cambio climático);
  2. Una muestra significativa (y aquí, el tamaño no lo es todo);
  3. Significatividad estadística (que la relación no brote de la aleatoriedad).

Con estos tres elementos en la mano, y desplegando los análisis de datos en los procesos de negocio de las organizaciones, sí que podremos hablar del valor en torno al dato. Sí que podremos decir que estamos ayudando a las organizaciones a gestionar el día a día en torno a las evidencias. Cabe hacer, para concluir, una observación. Esto del Big Data va más de preguntas que de respuestas. Por lo que,
mira a tu alrededor, y empieza a plantearte preguntas que podamos, analíticamente, responder. Esto es el Big Data.

 

Open Data en las administraciones públicas

MIKEL EMALDI      m.emaldi@deusto.es
Investigador de DeustoTech Internet

Red de fuentes de conocimiento Open Data. Fuente: Wikipedia
Red de fuentes de conocimiento Open Data. Fuente: Wikipedia

El movimiento Open Data promueve que los datos puedan ser accedidos, utilizados, modificados y compartidos libremente, sin restricciones y para cualquier propósito[1]. Vinculado estrechamente (pero no exclusivamente) a la idea de Gobierno Abierto (Open Government), a través de los datos abiertos se pretende conseguir una administración pública más transparente
sobre la cual poder ejercer un mayor control por parte de la ciudadanía.
Su principal contribución es el aumento de la transparencia y el control democrático de las instituciones a través de la participación ciudadana. Proyectos como Aurrekontuak[2] o «¿Dónde van mis impuestos?»[3] serían irrealizables sin ellos. De la misma manera, mecanismos de participación ciudadana como Irekia[4] o «We the People»[5] serían impensables si previamente los ciudadanos no pudiésemos acceder a los datos de manera sencilla e imparcial, ya que todo proceso de participación ciudadana requiere una ciudadanía correctamente informada. Por otra parte, una sociedad
bien informada tomará mejores decisiones, tanto individualmente
como colectivamente.
Y parece que los diferentes gobiernos se han dado cuenta de ello. Iniciativas como data.gov (EEUU) y data.gov.uk (UK) dieron paso a multitud de iniciativas nacionales, autonómicas y municipales. En el
caso de España, ya sea por convicción o «impulsadas» por la recién nacida (y no poco cuestionada) ley de transparencia, una multitud de administraciones han lanzado sus propios portales de Open Data. A
iniciativas veteranas como la del Ayuntamiento de Zaragoza[6] u Open Data Euskadi[7], se han sumado portales como Aragón Open Data[8], Ayuntamiento de Madrid[9] u Open Data Canarias[10], entre otros.

Pero como en todo, también existe la otra cara de la moneda: portales que en vez de crecer se estancan, o directamente desaparecen. El caso de Open Data Córdoba es especialmente lamentable, ya que cesó su actividad tras una inversión de 382.000 € y apenas un año de vida.
Pero no cantemos victoria todavía: la mera existencia de portales de datos abiertos no asegura ni la transparencia, ni la participación ciudadana, ni un mayor control democrático. La utilización de formatos no estándar y no reutilizables, la translucidez de la nueva ley frente a la transparencia total o la incapacidad y  esconocimiento
de una parte de la ciudadanía a la hora de acceder a estos recursos son obstáculos a superar.
Por nuestra parte, desde DeustoTech-Internet (MORElab) intentaremos abordar estos desafíos a través del proyecto europeo H2020 recientemente aprobado: «WeLive: A neW concept of pubLic administration based on citizen co-created mobile urban services».

1 http://opendefinition.org/
2 http://aurrekontuak.irekia.euskadi.net
3 http://dondevanmisimpuestos.es/
4 http://irekia.euskadi.net/es/proposals
5 https://petitions.whitehouse.gov/
6 https://zaragoza.es/ciudad/risp/
7 http://opendata.euskadi.net/
8 http://opendata.aragon.es/
9 http://datos.madrid.es/portal/site/egob/
10 http://opendatacanarias.es/