Tecnología y territorio inteligente

Bilbao

Durante mucho tiempo, algunas personas hemos tratado de buscar sinergias tecnológicas entendiendo que si todos desarrollamos lo mismo de forma separada, el resultado no es mejor. Será lo mismo a mayor coste.

En este tiempo hemos realizado proyectos de estandarización tecnológica dentro de la misma administración, buscando sinergias con otras administraciones, ofreciendo productos para evitar reinventar la rueda, hablando de tecnología, de integraciones, de compatibilidades…
Y después de todo este tiempo, todo nos lleva a caer en la cuenta de que hay que volver al origen, a hablar del servicio necesario, prestado y ofrecido, a hablar de objetivos, a hablar de encuentros en la nube, donde quien oferta ofrece el valor del producto, donde compramos el mejor producto para nuestras necesidades y no una tecnología concreta. Compramos el mejor servicio. Y lo mejor, la estandarización viene de serie! Sobrevivirán los mejores productos, los mejores servicios, las mejores ideas, independientemente de sus
apellidos y linajes. Sobrevivirán quienes hayan integrado en la tecnología las mejores innovaciones, sin fronteras físicas, personales o tecnológicas. ¿Hace lo que necesito a un buen coste, no genera problemas futuros y se adapta a lo que ya tengo? Adelante. En la nube. ¿Qué significa esto para las empresas de servicios o creadoras de productos? La necesidad de incorporar en sus propios servicios a la tecnología, no como aliado, sino como parte del producto o servicio.

¿Qué significa para las empresas tecnológicas? La necesidad de aliarse con quienes gestionan los procesos, para entenderlos, integrarlos, compartirlos y trabajar en red.

¿Alguien entiende el machine to machine de otra manera? ¿Alguien entiende la Industria 4.0 de otra manera? ¿Alguien puede creer que se va a hablar de tecnología y no de producción en red? La base será una conversación de alto nivel entre mundos diferentes. Quién aprenda rápidamente estará en ventaja competitiva.
El papel del cloud y la integración en este entorno serán, entre otros, factores clave. Por un lado nos aísla de conceptos tecnológicos difíciles de entender y nos permite centrarnos en el servicio. Por
otro, nos ayuda a romper barreras, reduce los costes de entrada y las inversiones y facilita las alianzas all around the world.
Nos jugamos mucho en esto. Al menos seguir en la lucha. Distintos sectores, distintas empresas, ámbito público o privado. Si realmente aspiramos a ser una Smart City de referencia o aún mejor, un Smart Territory, necesitamos poner de manifiesto que los conceptos
de competitividad, economía, responsabilidad social, etc. pasan por un tablero de juego territorial común, en el que se pueda optar a un servicio con unos mínimos avances tecnológicos.
En lo que respecta al sector público, independientemente del tamaño del municipio en el que se resida. En lo que respecta al sector privado, independientemente del tamaño de la empresa.
Porque administraciones de distintos tamaños, pymes o no pymes deberíamos poder acceder a los mejores instrumentos de gestión, independientemente de su poder de compra. Porque la base del  juego mínima debería ser igual para todos, como punto de partida
para competir. Porque eso nos hace más fuertes como  administración, como empresas y como territorio. Porque para tejer un territorio competitivo, los mínimos deben ser compartidos. En la tecnología también

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